lunes, 28 de septiembre de 2020

Ludwig Wittgenstein: Investigaciones Filosóficas: Parágrafos: 109 al 133

 

Sostiene Wittgenstein en el parágrafo 109 que la filosofía debe ser de carácter descriptivo y no intentar resolver los problemas filosóficos proponiendo explicaciones, formulando verdades acerca del mundo que nos rodea (empíricas). La clave para resolver los problemas filosóficos es la utilización del entendimiento para despejar las confusiones que produce el uso del lenguaje en el desarrollo del pensamiento. También es fundamental para Wittgenstein pensar la resolución de tales problemas, no como el resultado de una sumatoria de experiencias nuevas, sino como el resultado de una reorganización y reinterpretación de las experiencias previas.

Si se considera que un problema filosófico no es más que, como se sugiere en el parágrafo 111, una interpretación errónea de nuestras formas lingüísticas; podría pensarse que la posibilidad de resolverlo reside en la posibilidad de enderezar, encaminar, revisar o redireccionar esa interpretación de las formas lenguaje.

En el parágrafo 119 Wittgenstein escribe: "Los resultados de la filosofía son el descubrimiento de algún que otro simple sinsentido y de los chichones que el entendimiento se ha hecho al chocar con los límites del lenguaje...." 

 Wittgenstein se está refiriendo aquí a ciertas afirmaciones de la metafísica tradicional, a las que el entendimiento no puede dirigirse porque son producto de una utilización errónea y confusa del lenguaje; y encuentro aquí una sintonía con la distinción kantiana entre lo cognoscible, a lo cual se puede acceder por medio de la sensibilidad y del entendimiento en pos de la búsqueda de una verdad, y lo pensable e incognoscible, a lo cual sólo se puede acceder por medio de la utilización de la razón, pero sin pretender la consecución de una verdad. Si mi interpretación de este razonamiento no es errónea, creo que Wittgenstein está diciendo aquí que ocuparse de los tres grandes objetos de la razón: dios en tanto que fundamento u origen del mundo, el alma humana y su libertad como condición necesaria para el hombre, y el mundo como la totalidad de lo real; no son más que mera especulación filosófica, construcciones irreales y confusas que la metafísica ha esgrimido históricamente para explicar el mundo que nos rodea utilizando conceptos que se encuentran más allá de nuestra experiencia cotidiana, y en realidad – afirma más adelante Wittgenstein – la explicación a tales problemas a veces es perdida de vista por encontrarse más acá, respecto de nosotros mismos.

En Investigaciones... (116) (y en Ocasiones...(91)) Wittgenstein dice que cuando los filósofos usan ciertas palabras ("conocimiento," "ser," "objeto," "yo",  etc.) deben preguntarse si ellas se usan, efectivamente, de esa manera en el lenguaje que las ha creado.

Lo que el autor recomienda en este parágrafo es reducir las palabras de su uso metafísico a su uso cotidiano, es decir, tener la precaución de no estar buscando continuamente, al utilizar cada concepto, “la esencia metafísica” de la cosa a la cual éste se refiere.

En el parágrafo 126, Wittgenstein afirma que “la filosofía expone meramente todo y no explica ni deduce nada…” y un poco más arriba anticipa, en 124: “La filosofía no puede en modo alguno interferir con el uso efectivo del lenguaje; puede a la postre solamente describirlo. Pues no puede tampoco fundamentarlo. Deja todo como está”.

La filosofía, en estos términos, descubre, describe y expone; los problemas filosóficos como confusiones del entendimiento, y las soluciones a dichos problemas como técnicas específicas para realizar un correcto uso del lenguaje y así arribar a razonamientos también  correctos. 

En el parágrafo 117 Wittgenstein rechaza una concepción del significado según la cual el significado es "una atmósfera que la palabra conlleva y asume en todo tipo de empleo". Lo que está insinuando aquí es que el significado no es una realidad dada, sino el producto de un consenso, histórico, académico, disciplinario tal vez; que no se encuentra adherido necesariamente al objeto a cual se refiere en un contexto lingüístico específico, sino que está sujeto al uso que se hace del mismo.

 Se plantea, en el final de este parágrafo, que la filosofía no es una fórmula que debe seguirse siempre de igual modo para resolver todos los problemas que se le presentan al filósofo; en cambio, así como hay diferentes terapias según sea el conflicto a tratar por el terapeuta, así también habrá diferentes filosofías para resolver los diversos problemas filosóficos.

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