martes, 17 de marzo de 2009

Urban vs Carnap


Rudolf Carnap planteó que el problema central de la metafísica era el de la validez y la justificación de sus proposiciones. Siguiendo un análisis lógico, estas pretendidas proposiciones metafísicas carecen de sentido, por lo que se definen como pseudoproposiciones (palabras con significados supuestos o compuestos antisintácticos); referentes a pseudoconceptos (palabras asignificativas).
Por otra parte, el criterio de aplicación de tales proposiciones al ámbito empírico también presenta problemas (no existen signos empíricos que se correspondan con las proposiciones metafísicas). Por ejemplo: la palabra Dios se define por sus usos mitológico y teológico, debido a que su concepto excede lo empírico.
Además, las pseudoproposiciones metafísicas constantemente violan la sintaxis lógica, ya que no respetan las relaciones de derivabilidad con proposiciones empíricas. Otra violación de la sintaxis lógica se da por la confusión existente entre los conceptos metafísicos: tal es el caso del término ser, al cual se le da un uso predicativo de un símbolo que no posee significado predicativo (la existencia no puede ser verbo).
En conclusión, se puede afirmar desde el positivismo lógico que todo supuesto conocimiento que pretendiera hallarse por encima o por detrás de la experiencia carece de sentido.

W. Urban responde: La metafísica utiliza enunciados compuestos de sujetos metaempíricos y predicados pertenecientes al dominio de la experiencia. Estas oraciones no tienen como sujetos a entidades empíricamente verificables (al igual que las de la religión), sino a co-implicados metaempíricos de la experiencia.
La “existencia” de las entidades metaempíricas acerca de las cuales pueden hacerse proposiciones significativas es un presupuesto necesario que permite la inteligibilidad de la experiencia. En tanto co-implicados no pueden ser refutados empíricamente ya que no son resultado de la experiencia sino que están implicadas en ella; no obstante, no son meras creencias ya que, como presupuestos necesarios de la comunicación, son parte de la experiencia y se verifican en la comunicación misma.
Por último, en oposición a la tesis del positivismo lógico que sostiene que las proposiciones metafísicas carecen de sentido o son absurdas y que son contrarias a la sintaxis:
- que carezcan de sentido no significa que sean falsas.
- no son contrarias a la sintaxis sino a nuestro sentido de probabilidad e inteligibilidad.
- son oraciones metafóricas que tienen un sentido literal.
- completan nuestra experiencia, ya que permiten la expresión adecuada e inteligible de los caracteres y distinciones reales dentro de la experiencia.

¿Se discute aquí si la metafísica es posible debido a que su objeto podría carecer de una realidad efectiva, tangible o comprobable?
¿Se discute aquí si los entes transmundanos son enunciables lingüísticamente?
¿Se discute aquí sobre la correspondencia entre el ser y el existir?
Aquí no se está discutiendo si dios es un ente aprehensible empíricamente, ni si “el ser” es algo que carece o no de sentido, si existe o no, ni - en el caso de comprobar su existencia – si es de carácter dinámico o estático.
Lo que está en juego en esta aparente discusión teórica respecto de abstracciones desligadas de los hechos e individuos concretos que conforman el ámbito intelectual y el contexto ideológico e histórico en el cual se desarrolla este debate, es el modo en el cual debemos interpretar o recortar aquello que consideramos lo real, significativo o importante; pero ocurre que importante, por ejemplo, no es una característica de un objeto aislado, lo es respecto de un “otro objeto” que lo es en menor medida, y algo similar sucede con “lo real”, “lo verdadero”, “lo enunciable” o “lo cognoscible”.
Parece que solemos perdernos entre argumentaciones, ciegamente tomamos partida como autómatas y refutamos o nos refutamos alienándonos en el lenguaje.
Aquí hay una lucha por imponer un modelo interpretativo de la realidad, una lucha por ejercer la autoridad intelectual que otorga la posesión del patrimonio científico o filosófico "verdadero".
Si las proposiciones de la metafísica carecen o no de sustrato empírico no es, bajo ninguna interpretación una pregunta inocente.