martes, 18 de noviembre de 2008

Apuntes sobre Marx

El concepto de IDEOLOGÍA

La ideología es una serie de representaciones que nos hacemos del mundo, donde no aparece la infinita cantidad de relaciones en las que estamos inmersos, y en lugar de ello aparece un fetiche[1] que cosifica en un hecho o en una persona esa cantidad infinita de relaciones sociales que nos afectan.
La ideología oculta a nuestra conciencia[2] el verdadero proceso que hace a la desigualdad[3], y en su lugar dibuja un espectro, una ficción, un fetiche.
Por ella, las ideas concretas se separan de los hombres concretos, se cosifican y se relacionan entre sí; se escapan de las condiciones reales de los hombres como mágicamente y adquieren sustancialidad; son una “cosa en sí”, como el Estado, las leyes, dios, etc.
La ideología irrumpe y se naturaliza cuando la conciencia percibe algo como objetividad; ese “algo”, esa “sustancia objetiva” permite la interpretación de la realidad, construye consenso y sometimiento a través de las instituciones, y también es la responsable de la construcción histórica de la subjetividad.
Es muy importante no perder de vista que Marx está discutiendo con los jóvenes hegelianos (¿ustedes se pelean con la religión? La religión es un mero fetiche del todo, que es la distribución desigual del excedente…), que está haciendo desde el materialismo fuertes críticas al idealismo precedente, desde Kant hasta Feuerbach.

La MERCANCÍA

Aparece ante nosotros como una cosa, separada de las relaciones sociales de la que emergió; en ella se pierde la escisión noúmeno-fenómeno.
La mercancía posee un carácter místico: no deriva ni proviene de su valor ni del trabajo. El gran secreto de la mercancía es que permite una completud ilusoria al individuo que se fusiona con ella.
La mercancía posee un carácter enigmático: no se ven las relaciones sociales pero sí se ven las relaciones sustanciales entre cosas detrás de las mercancías. Este carácter enigmático de la mercancía brota de su propia forma, de sus valores y del trabajo abstracto.
Lo misterioso de la forma mercantil refleja el carácter social de su trabajo como algo objetivo, como la propiedad natural de una cosa…



[1] Fetiche: parte que es tomada por el todo.

[2] Conciencia: no es entendida en Marx como la sustancia pensante cartesiana; por el contrario, no puede ser pura ni transparente debido a que viene al mundo ligada a un cuerpo finito, limitado y carente; y por lo tanto, está “preñada de materialidad”. Es una construcción, una ficción, un producto social, es siempre intencional, y lo es de algo inmediato y sensible. Se construye y expresa en el lenguaje; pero el lenguaje que hace a la conciencia, emerge de las condiciones dadas por el modo de producción. Inmersa en lo inmediato, no comprende la cantidad de relaciones sociales que la determinan.

[3] Desigualdad: respecto de la distribución de la riqueza obtenida gracias al excedente producido por quienes, en el modo de producción capitalista y gracias a la división del trabajo, no se dedican al ocio.