viernes, 12 de septiembre de 2008

u. Plotino, Eriúgena, Hegel y los despliegues


PLOTINO y LA INEFABILIDAD DE LO UNO (Por María Isabel Santa Cruz)

La realidad es el resultado del despliegue aespacial y atemporal de una vida que progresa, pluralizándose. Cada una de las partes de este correr (movimiento) se diferencia estructuralmente de las demás, pero existe una continuidad plena entre unas y otras. Cada grado de la realidad contiene al que le sigue y es contenido por el que le precede.
Lo Uno es el punto de partida del despliegue de la realidad; un descenso. El movimiento es progresivo, va desde la unidad perfecta a la multiplicidad, acrecentándose así a la imperfección gradualmente.
Lo Uno es al alma el origen de la “procesión” y el término de la “conversión”, el movimiento que efectúa el alma para replegarse es el camino inverso al de la realidad (ascenso y no descenso): purificación / comunión
Lo Uno, es el fundamento que la razón exige y que paradójicamente es incapaz de conocer. Se accede a lo Uno trascendiendo los límites de la razón, pero sólo en tanto que ésta se halle en su máximo punto de actividad.


JUAN ESCOTO ERIUGENA y EL DESPLIEGUE DE LA NATURA (por Paolo Lamanna)

La naturaleza (el universo) es un único ser que se realiza plenamente a sí mismo a través de un proceso circular dividido en cuatro momentos:
La naturaleza no creada que crea: implica a dios en tanto que principio eterno (atemporal y aespacial) de todas las cosas.
La naturaleza creada que crea: conforma el conjunto de las ideas primordiales que se hallan dentro del intelecto divino (como si el ámbito platónico de las ideas fuera el plano a través del cual dios fabrica el mundo físico). Estas ideas son las causas (indirectas) de los seres particulares que habitan en el tiempo y el espacio.
La naturaleza creada que no crea: es la expresión de esas ideas primordiales en el universo físico, los efectos particulares e individuales (el ámbito sensible de Platón).
La naturaleza no creada que no crea: dios como finalidad a la que aspiran todos los seres (la causa final aristotélica, la idea de bien platónica)
La realidad se reduce a un proceso de la vida divina del mundo, toda criatura es una teofanía (manifestación de dios), la criatura subsiste en dios y dios se crea a sí mismo creando la criatura, con lo que se manifiesta a sí mismo.
“Eterno comienza a ser; inmóvil, se mueve para todas las cosas, y deviene todo en todo”[1]
Pero este dios, aunque trascendente, es independiente de todo lo que ha realizado de sí en el mundo, posee en sí una infinita potencialidad. Dios no se agota en el mundo, no es todo en el mundo, aún cuando el mundo sea todo en dios.
[1] De Divisione naturae, libro I, cap. 1


GEORG HEGEL y EL DESENVOLVIMIENTO DIALÉCTICO DEL PENSAMIENTO

"El pensamiento, cuya exposición es la historia de la filosofía, es esencialmente Uno. Es la sustancia universal del espíritu; de él mismo se desenvuelve todo lo demás"

Así, durante el desenvolvimiento dialéctico del pensamiento, hallamos e primer lugar a la idea hegeliana antes del comienzo histórico de la filosofía; seguida por la naturaleza o despliegue del pensamiento en el tiempo y el espacio; y por último al espíritu o idea autoconciente.