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Para
Spinoza no hay milagros porque en el obrar divino no hay voluntad de dios, sino
actividad causal necesaria de dios.
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En
dios no hay querer, no hay diferentes momentos del obrar
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Un
milagro significaría que un efecto no se siguiera de su causa, como si dios
pudiera (por voluntad) suspender el natural despliegue causal de su naturaleza,
lo cual es imposible por dos motivos: porque dios no tiene voluntad y porque su
naturaleza es necesaria.
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El
corolario I de la prop. XVII afirma que “no hay ninguna causa intrínseca o
extrínseca que lo incite a obrar a no ser la perfección de su naturaleza”, y el
corolario II de la misma proposición,
que “dios es causa libre”
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En
el escolio de esta misma proposición se menciona la crítica a esos otros
religiosos que creen que la libertad de dios reside en que éste tiene la
posibilidad de hacer que cosas necesarias según el orden de la naturaleza no
sucedan, como si pudiera hacer que la suma de los ángulos internos de un
triángulo no sumara 180°, o que dada una causa no se siguiera un efecto. Pero
ni el entendimiento ni la voluntad pertenecen a la naturaleza de dios.
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Y
así como de la naturaleza del triángulo se sigue desde la eternidad y para siempre
que la suma de los ángulos internos es igual a dos rectos, de la infinita
naturaleza de dios se sigue siempre y con la misma necesidad infinitas cosas de
infinitos modos: todas las cosas, por lo cual la omnipotencia de dios ha estado
en acto desde siempre y así permanecerá eternamente.
EXCELENTE SINTESIS DELOSMAS GRANDES PENSADORES.OS FELICITO.OSCAR
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