domingo, 30 de abril de 2017

La filosofía griega clásica/ Los filósofos presocráticos

  1. Los filósofos presocráticos

Los primeros pensadores griegos[1] que realizaron especulaciones filosóficas partieron de la pregunta por el origen del cosmos, por el principio de las cosas: ¿de dónde proviene todo?, ¿cuál es el origen del universo?, ¿cuál es la materia primigenia de la que todo es consecuencia?, ¿cuál es la sustancia fundamental que permanece a través de los cambios?
Predominó en este período la pregunta por el arché o fundamento de todas las cosas.
Y así es como se sucedieron diversas propuestas, en primer lugar surgió el naturalismo (preguntas acerca de la naturaleza) de la mano de la Escuela Jónica cuyos principales exponentes fueron Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes: ante la pregunta por la materia primordial de la que derivan todas las cosas, Tales responde que el agua, Anaxímenes sostiene que todo proviene del aire, y Anaximandro del infinito.
Posteriormente, los filósofos se plantean nuevas preguntas: ¿cómo es la realidad?, ¿hay algo en ella que permanece?, ¿o está en constante devenir? Los máximos exponentes de esta filosofía son Heráclito y Parménides, quienes sostienes posturas opuestas. Heráclito sostenía que todo lo que es, está en constante movimiento, fluye, cambia; que todo pasa y nada permanece. Parménides, en cambio, propone pensar a la realidad como un todo armónico, “el ser es” y allí está incluido el universo completo.
Finalmente, vino el auge del humanismo de la mano de un grupo de filósofos llamamos Los Sofistas efectuaron un giro en torno al objeto de la pregunta filosófica, la cual ya no buscaría el fundamento de todas las cosas en sustancias o elementos externos al sujeto, sino que proponía pensar al hombre como medida de todas las cosas. Estos filósofos se entrenaban en el dominio de la palabra para convencer a otros con argumentos infalibles. Un sofista, entonces, era una persona que podía argumentar en favor de una postura o su opuesta de modo efectivo, logrando vencer y convencer a su interlocutor.

  1. La mayéutica socrática en busca de los conceptos

Sócrates encarna el ideal de filósofo que nos representamos hasta nuestros días; un hombre que iba por la ciudad conversando con todos, cuestionando y haciendo preguntas acerca de obviedades, que no obstante, nadie podía responder. El método socrático, al que denominamos “la mayéutica”, consistía en la búsqueda de definiciones o conceptos por medio del diálogo y las preguntas reiteradas y reformuladas. “Solo sé que no sé nada”, con esta frase Sócrates quería representar la idea de que el conocimiento debe ser revisado, era una clara invitación a los jóvenes de la época a debatir y cuestionarse sus propias creencias. Sin dudas, Sócrates fue una personalidad muy importante pero esta actividad que desarrolló en la polis le costó la vida, hecho que impresionó fuertemente a su sucesor: Platón, quien lo incluyó en sus obras como el portavoz principal de su propia teoría[2].





[1] De los que se tiene registro a partir de su mención en obras de algunos filósofos que los precedieron.
[2] Hay que mencionar que es difícil separar al Sócrates histórico con  sus enseñanzas, del Sócrates como personaje presente en las obras de Platón, pero existe bastante consenso entre los investigadores del área en  lo que respecta a las características de la producción estrictamente platónica.

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